Barcelona, uno de los destinos turísticos imprescindibles de todo viajero. Con una huella histórica y artística de primera categoría, multicultural y moderna, la Ciudad Condal es un balcón al mediterráneo que brinda al visitante una gran oferta de actividades. Porque sabemos que Barcelona no defrauda, os proponemos una ruta de dos días para conocer sus barrios, calles, plazas, jardines, museos y monumentos modernistas. Un itinerario fácil donde hemos escogido los rincones imprescindibles para una escapada exprés a una de las ciudades más interesantes de Europa.
Primer día
Plaza de Cataluña
Comenzamos nuestro recorrido en el mismo centro de Barcelona, la Plaza de Cataluña. Punto de encuentro de barceloneses y turistas que recorren la ciudad en cualquier época del año. Desde aquí nos dirigimos a la calle más emblemática de toda Barcelona, La Rambla.
Las Ramblas
Una de las arterias principales de Barcelona. Es un bonito paseo que llega hasta el monumento a Colón, situado en la zona antigua del puerto. A su paso encontramos, la fuente de Canaletas, el emblemático Teatro Liceu, (orgullo de los que viven aquí por tener una sala de conciertos declarada Patrimonio de la Humanidad), o el mercado de abastos más famoso de la ciudad, la Boquería. Donde podemos hacer una pequeña parada para tapear y degustar algunos de sus productos locales. Además, la Rambla destaca por sus kioscos, terrazas, restaurantes, puestos de flores, tiendas y comercios. Un trocito de la efervescente vida cotidiana en esta zona de Barcelona.
El Barrio Gótico
Desde las Ramblas salen los barrios más antiguos de la ciudad como el Raval, el Born o el Gótico. En este último encontramos restos romanos de lo que fue la ciudad de Barcino. Su mayor esplendor fue en la Edad Media donde se construyeron edificios y palacios de estilo gótico. Lo mejor es perderse entre sus calles estrechas y plazoletas repletas de terrazas y bares de tapeo. Aquí encontramos el barrio judío, la plaza Jaume, la catedral de la Santa Creu i Santa Eulàlia, la plaza del Rey con su museo de la Historia de la Ciudad y la Basílica Santa María del Pi, de estilo gótico, muy original por su campanario octogonal. Si te apetece subir 54 metros de altura, podrás contemplar una de las mejores vistas de la ciudad. Puedes hacer una parada en el edificio neogótico Casa Martí donde se encuentra el restaurante más bohemio de la ciudad, Els Cuatre Gats.
Por la tarde os proponemos la visita a los dos templos más famosos de Barcelona y al recinto modernista más grande de Europa.
La Sagrada Familia
Pasamos la Avenida de Diagonal y encontramos uno de los mayores representantes del modernismo catalán. Esta basílica católica, que comenzó su construcción Antoni Gaudí en 1882, está dedicada al Nacimiento, Pasión y Gloria de Jesús en sus fachadas principales. Cuando se termine el monumento se calcula que habrá 18 torres alzadas. Un templo majestuoso y original que no encontramos otro parecido en ningún lugar del mundo. Para visitar la Sagrada Familia se recomienda sacar las entradas con antelación porque hay un cupo limitado por día, además evitarás las colas que se forman a la entrada.
La Basílica de Santa María del Mar
Situada en el barrio de El Born, entre La Barceloneta y Vía Laietana, se alza esta iglesia medieval de estilo gótico catalán. Destaca en su interior el altar mayor, la cripta, sus vidrieras y el rosetón. En ella se inspiró el autor de la obra La Catedral del Mar.
Hospital Modernista de Sant Pau
Muy cerca de la Sagrada Familia se encuentra el hospital de la Santa Creu i Sant Pau, de principios del siglo XX. Es el recinto modernista más grande de Europa y su construcción se debe al arquitecto Lluís Domènech i Montaner y a su hijo. Este monumento que fue hospital médico, está declarado Patrimonio de la Humanidad. Su visita te puede llevar más de dos horas porque dentro hay exposiciones para conocer la historia del hospital hace 100 años.
Segundo día
Passeig de Gracia y sus edificios modernistas
Partimos nuestra segunda jornada en el barrio de Gracia. En la parte alta encontramos un maravilloso edificio modernista de principios del siglo XX, La Pedrera o la Casa Milá. Otra de las obras del genial arquitecto Gaudí, donde destacan los elementos de la naturaleza y sus famosas chimeneas de cerámica situadas en la terraza. Desde aquí se pueden contemplar unas bonitas vistas de la ciudad. Después de estar muchos años cerrada y abandonada, la Pedrera fue declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1984. A partir de 1996 abre al público como un centro cultural de referencia en Barcelona, que acoge exposiciones y conciertos en su bonita azotea. Si quieres visitarlo, acércate a primera hora de la mañana para evitar las colas o reserva tus entradas con tiempo.
Desde el paseo de Gracia hacia la plaza de Cataluña encontrarás otro de los monumentos más espectaculares de la ciudad, Casa Batlló. Una de las joyas del modernismo catalán, también es un edificio Patrimonio de la Humanidad, y otro de los más visitados de la Ciudad Condal. Al lado se encuentra la fachada de la Casa Amatller, la Casa Mulleras y la de Lleó i Morera, del arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner. Otros edificios en esta avenida son el Palau Malagrida, la Casa de Bonaventura Ferrer y el Palau Robert.
Por la tarde acércate a la parte alta de Barcelona porque no puedes perderte la obra maestra de Gaudí.
Park Güell
Es un parque público y uno de los más bonitos del mundo. La singularidad artística, cultural y arquitectónica del parque Güell fue reconocida por la UNESCO y es Patrimonio de la Humanidad desde 1984. Para acceder a la parte monumental hay que pagar entrada. Aquí encontrarás esculturas, fuentes, jardines, escaleras y edificios inspirados en la naturaleza, con formas onduladas. Te recomendamos que te pierdas entre sus caminos, te asomes a su mirador en la Plaza de la Naturaleza y te sientes a descansar entre sus bonitos mosaicos. El resto del parque es libre y gratuito.
Son dos días intensos que seguramente se queden cortos para conocer a fondo esta impresionante ciudad que mira al mar. Tómatelo como un primer contacto para volver de nuevo a Barcelona. Seguro que hay muchos museos y rincones que te has dejado en el camino.