Barcelona es destino favorito para muchos turistas de todo el mundo, ya que la capital catalana, ciudad cosmopolita a orillas del Mediterráneo, tiene múltiples atractivos en su rico patrimonio monumental y artístico y amplia oferta de ocio y diversión, que cubre todas las expectativas. Señalar unos pocos lugares indispensables de visitar en Barcelona, verdadero museo al aire libre considerada como una de las ciudades más hermosas de Europa, resulta tarea muy complicada, porque supone dejar al margen otras maravillas que también merecen la pena conocer. Haciendo un verdadero esfuerzo de síntesis se pueden indicar algunos de los lugares más visitados y mejor considerados. Cada uno ya justifica por sí mismo una visita a la Ciudad Condal.
- La Basílica de la Sagrada Familia. Sin duda, el principal atractivo turístico de Barcelona, como demuestra la inmensa cantidad de visitantes que recibe cada año. Su arquitecto, Antoni Gaudí, es marca cultural de la ciudad y referente mundial, muchas de cuyas obras han sido reconocidas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este edificio, oficialmente Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, quedó inacabado tras la muerte del genial arquitecto, que afrontó su construcción en 1883 sobre previas bases neo-góticas del proyecto inicial.
El exterior es impresionante, con sus 8 torres construidas, de las 18 proyectadas inicialmente y sus subyugadoras fachadas, del Nacimiento, la Pasión y la Gloria. En su interior destacan las columnas en forma de árboles de enormes dimensiones, que convierten el templo en un bosque de piedra. Desde lo más alto de una de las torres se puede disfrutar de una estupenda panorámica. - El Parque Güell y el inolvidable legado de Gaudí. El sello del arquitecto es tan intenso y eterno que es imposible no referirse a todas sus obras como elementos imprescindibles en una visita a Barcelona. El Parque Güell es un enorme jardín de cuento de hadas, plagado de elementos arquitectónicos típicos de Gaudí. Predominan las formas onduladas, columnas con forma de árbol, figuras geométricas y de animales y mosaicos de trencadís, trocitos de cerámica colorida.
El Passeig de Gràcia de la ciudad tiene la fortuna de acoger algunos edificios reconocidos del modernismo y nuevamente la figura de Gaudí alcanza dimensiones universales. Destacan la Casa Batlló, edificio adornado con una fascinante fachada de cerámica de colores, o la Casa Milá (La Pedrera), donde todo es curvo y ondulado y su insólita azotea maravilla a todos los visitantes. - El Barrio Gótico y la Catedral. El centro medieval de la ciudad es el Barrio Gótico, fascinante laberinto de callejuelas históricas. Allí se encuentra la Catedral de Santa Eulalia, extraordinario ejemplo de arquitectura gótica del XIV. El interior lo conforman tres naves, destacando la cripta de Santa Eulalia y las capillas del Santo Cristo de Lepanto y de Santa Lucía y el Claustro, remanso de espiritualidad y paz. El Coro es uno de los rincones más valiosos, con una lujosa sillería de madera tallada.
- Las Ramblas son el corazón de la ciudad. Este recorrido de poco más de un kilómetro que conecta la Plaza de Cataluña con el antiguo puerto, donde se alza la Estatua de Colón, es imprescindible para cualquier turista que quiera conocer en vivo la animación de la ciudad, sus artistas callejeros, las terrazas y los ajetreados transeúntes. Dividida en cinco Ramblas diferentes, hay que destacar la de las Flores, repleta de puestos que llenan las calles de color y donde se encuentra el mítico Mercado de la Boquería.
- La Montaña de Montjüic. Otro lugar emblemático, este pequeño monte se utilizó antiguamente como puesto de vigilancia militar y en la actualidad constituye un impresionante mirador de la ciudad, con lugares de gran interés para el turista. Mediante un encantador paseo observaremos la Fuente Mágica, con su espectáculo de luces de colores, el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), el Pueblo Español, con representaciones a escala de rincones de la geografía española, el Anillo Olímpico y el Castillo de Montjüic.